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domingo, 21 de febrero de 2010

El primer centenario del Carnaval del Puerto de la Cruz

El gran coso apoteósico del Puerto de la Cruz ha cumplido 100 años de historia, todo un referente primigenio del Carnaval de Tenerife que, sin perder su vocación festiva y cosmopolita, no se ha podido sustraer a las virtudes y servidumbres de su transformación con el paso del tiempo. Ha sobrevivido a los cambios de régimen y durante la dictadura del general Franco se trocó en desfile de las fiestas de invierno, que ya le merecieron un reconocimiento internacional. Un acontecimiento que sólo se ha visto afectado desde su nacimiento por temporales ocasiones, que sólo han obligado a aplazarlo, pero no suspenderlo definitivamente, en cada ocasión.


El Carnaval del Puerto de la Cruz desafió a los elementos y salió a la calle, con aires de centenario y con nombre propio desde aquel año 1910, el pasado sábado.

Las obras en la calle Zamora obligaron a cambiar el formato y trayectoria del coso turístico por excelencia, dado que la comitiva no podía seguir por otras rutas alternativas, como La Hoya, por su estrechez y abundancia de zonas verdes, incompatibles con el paso de las carrozas de gran porte. El desfile de las carrozas y vehículos engalanados de cierta entidad discurrió hasta las inmediaciones del edificio Belair, mientras que el resto del “mogollón” siguió su curso a través de la ruta asignada por la comisión de fiestas.

Como ya es tradición desde 1972, una nutrida representación del Carnaval de Dusseldorf (Alemania), participa en los actos del Carnaval, previamente, con la recepción en el Loro Parque y Casas Consistoriales y, posteriormente, en el desfile, con carroza propia, bajo la presidencia del príncipe y la Venecia.

El primer coso o desfile del Carnaval del Puerto de la Cruz se celebró en 1910, cuando el recién constituido Comité de Turismo, en colaboración con el periódico local Arautápala, decidió celebrar un desfile al estilo de los de Niza. En la comitiva, donde participaban tanto los portuenses como las comunidades británica y alemana, destacaban las seis carrozas que representaban las carabelas de Colón, Gran Bretaña, el Zeppelín, un paisaje suizo, y cestas canaria y floral.

Las fiestas dieron comienzo con los grandes bailes el sábado de Carnaval en el Hotel Taoro y en las sociedades recreativas Círculo de Iriarte y la Nueva Unión, que duraron hasta las primeras horas de la madrugada del domingo. A partir de este momento el gran desfile carnavalero ha venido repitiéndose a lo largo de los años hasta hoy.

Según señala el investigador y escritor portuense Antonio Galindo, “corría el mes de febrero de 1910 cuando el recién constituido Comité de Turismo y el director del periódico local Arautápala, tuvieron la iniciativa de organizar un gran coso carnavalero a estilo de los que se celebraban en la ciudad francesa de Niza”. Desfilaron en ese primera ocasión seis carrozas, una de ellas diseñadas por el pintor y fotógrafo Marcos Baeza Carrillo.

Estas carrozas eran acompañadas por “varios coches engalanados ocupados por parrandas canarias y cerraba el desfile una cabalgata de jinetes vestidos a la antigua usanza española. Se calculó una asistencia de 2.000 personas. La comitiva recorrió la calle Valois, ascendió hasta el Taoro y siguó su recorrido por Cólogan hasta la plaza del Charco, donde se desató una gran batalla de flores, serpentinas, confetis y huevo del talco entre los participantes en el coso y el público agolpado alrededor de la plaza”.
Desde 1910 hasta la actualidad el Gran Coso Apoteosis del Carnaval de Puerto de la Cruz se ha celebrado de forma ininterrumpida, y se ha convertido en el acto central de una fiesta declarada de interés turístico internacional que durante las primeras décadas de la etapa franquista evitó la censura bajo la denominación de Fiestas de Invierno.

Para muchos, el carnaval empieza al terminar el del año anterior. Durante meses se diseñan y cosen los disfraces. Las murgas –grupos de todo tipo de gente de cada barrio- ensayan durante meses diariamente sus canciones, consiguiendo que decenas de voces dispares se fundan en un coro audible y animado. Las letras de sus temas suelen ser satíricas y mordaces, y la música se toma prestada de canciones de moda o de ritmos sudamericanos y caribeños.

R.B-A BARRETO

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