Aurora borealLa ira nunca está justificada.
El perdón nunca es deshonesto.
Los que no perdonan todavía no han empezado a vivir.
La conciencia, no la culpabilidad, es la respuesta que cura las pautas del dolor.
El progreso se mide por el número de veces que intentamos algo. No por el número de veces que fracasamos.
Descubrir lo que es realmente valioso para nosotros es la clave para disfrutar de una vida con sentido.
Sólo partiendo de aceptarme sabré que estoy siendo verdadero y me reconocerá libre.
Busca primero el honor, el placer llegará después.
Se puede dudar de lo que se ve, pero jamás de las palabras de un hombre honrado.
Son de más valor la honradez y el talento que la riqueza.
Lo que las leyes no prohíben puede prohibirlo la honestidad.
El que ha perdido el honor, ya no puede perder más.
La integridad no precisa de reglas.
Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
El hombre honesto no teme ni a la luz ni a la oscuridad.
Ambiciona honor, no honores.
En una palabra; para parecer un hombre honesto lo que hace falta es serlo.
El perdón nunca es deshonesto.
Los que no perdonan todavía no han empezado a vivir.
La conciencia, no la culpabilidad, es la respuesta que cura las pautas del dolor.
El progreso se mide por el número de veces que intentamos algo. No por el número de veces que fracasamos.
Descubrir lo que es realmente valioso para nosotros es la clave para disfrutar de una vida con sentido.
Sólo partiendo de aceptarme sabré que estoy siendo verdadero y me reconocerá libre.
Busca primero el honor, el placer llegará después.
Se puede dudar de lo que se ve, pero jamás de las palabras de un hombre honrado.
Son de más valor la honradez y el talento que la riqueza.
Lo que las leyes no prohíben puede prohibirlo la honestidad.
El que ha perdido el honor, ya no puede perder más.
La integridad no precisa de reglas.
Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
El hombre honesto no teme ni a la luz ni a la oscuridad.
Ambiciona honor, no honores.
En una palabra; para parecer un hombre honesto lo que hace falta es serlo.
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