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miércoles, 21 de diciembre de 2016

El milagro de Hanuká

Cortesía de AishLatino.com
Todo en la vida tiene un propósito y una finalidad. Ahora que festejamos Hanuká nos complace compartir con nuestros lectores y seguidores un reportaje de Aish.Com sobre esta conmemoración judía, al tiempo que exponemos algunos conceptos básicos. 
Hanuká significa literalmente consagración. Una fiesta que dura ocho días, que comienza el 25 de Kislev y que conmemora el éxito de la rebelión de los macabeos contra la persecución religiosa instigada por los sirios helénicos o seléucidas, bajo la autoridad de Antíoco IV Epifanes (Siglo II antes de la Era Común). El próximo Sábado, día 24 del presente mes de diciembre,  por la noche, ya 25 de Kislev, según nuestro calendario, tendrá lugar el prendido de la primera vela de Hanuká, y que se sucede sucesivamente noche tras noche hasta completar la octava candela colocada en un candelabro de ocho brazos o janukía.
Cuando los Hasmoneos liberaron el Templo, ingresaron al mismo para recomenzar los servicios. Uno de los servicios consistía en el el prendido de la menora. Sin embargo, no encontraron sino un único tarro pequeño con aceite puro que no alcanzaba sino para el encendido de un día, pero se produjo el milagro y dicha cantidad de aceite duró para encender por ocho días el candelabro, justo el tiempo que necesitaban para procesar nuevamente el aceite puro o kosher.
Los sabios de aquella época instituyeron la celebración durante ocho días del milagro de Hanuka.
Fuentes: Aish Ha Torá, Halacha Yomit, Comunidad Judía de Tenerife.

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