Imagen Ana Valentín
El mes septiembre es un mes de calma. Anochecer frente a las costas del Puerto de la Cruz, en Tenerife es como sumergirse en un crisol donde se funden las pinceladas de esa luz que ya desvanece. Playas de mar serena y montañas donde la bruma se hace eco de nuestras sensaciones.
Yo estaba junto a ti calladamente
se abrasaba el paisaje en el ocaso
y era de fuego el corazón del mundo
sobre el silencio cálido del campo.
Un no sé qué secreto, sordo, ciego
me calmaba de amor, yo ensimismado,
estaba fijo en ti, no comprendiendo
el profundo misterio de tus labios.
Puse la mano en tu mejilla pura
con un temblor casi de luz, de pájaro
y vi al paisaje convertirse en ala
y arder mi frente contra el cielo alto.
¡Ay locura de amor! ya todo estaba
en vuelo y en caricia transformado...
Todo era bello, venturoso, abierto...
y el aire ya tornase casi humano.
Poema de Rafael Morales
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