Casa antigua
La Villa norteña de la Orotava, Tenerife, es un rincón que no debe pasar desapercibido por el visitante. Entre sus casas, sus calles empinadas, sus plazas y jardines deambulan cientos de historias. Pero la Orotava es más que un paisaje, es una tradición, un enclave en el tiempo que nos evoca tiempos pasados y que aún hoy trata de abrirse paso entre las nuevas generaciones. Señorial, silenciosa y elegante rezuma tranquilidad y belleza entre sus rincones.
Ermita de el Calvario que nos da la bienvenida a la villa con su fuente.
Templete de la plaza del Casino Taoro. Un lugar de encuentro y reunión.
Antigua Cruz Verde, entre las muchas que decoran la ciudad.
Panorámica antigua de la ciudad con sus jardines
Romería de San Isidro Labrador. Una cita con la tradición.
BLANCO, VERDE Y AZUL
Blanco, Verde y Azul
Verde claro, Verde oscuro.
¡Semblante de platanera!
Amanecer. El Teide envuelto en sábanas
de nubes.
En el aire polvo de lluvia.
Mediodía. El sol llueve oro
sobre la tierra.
Todo es verde y dorado.
Atardecer. El día de la noche
un beso,
con los labios encarnados
de crepúsculo.
Paisaje único.
Teide, Orotava y cielo,
blanco, verde y azul.
(Domingo López Torres)
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