El tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida pasa a ser una tarde de domingo sin pedirnos cosas importantes y sin exigirnos más de lo que queremos dar.Pero, en verdad, en lo íntimo de nuestro corazón sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños. |
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