Foto: Rafael Barreto.
A través de las raíces de un drago descubrimos todo un entorno que bien podría abrir nuestras alas a la imaginación. Penetrando por ellas podemos llegar a encontrar un mundo al cual modelar según se nos antoje. ¿La fantasía está ahí siempre? Si. Lo que nos hace falta muchas veces es ser lo que realmente somos y no tratar de esconder la vulnerabilidad de la que todo ser humano está hecho y que lo caracteriza como un ser sensible. Lo demás viene por sí solo.
Ana Valentín.
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