En la localidad de Santillana del Mar, Cantabria, se encuentra un legado arqueológico de primerísima calidad. Las Cuevas de Altamira fueron descubiertas en el año 1868 por un cazador, Modesto Cubillas quien las descubrió al intentar liberar a uno de sus perros que estaba atrapado entre las grietas de una rocas. Pero fué Marcelino de Santuola, un mero aficionado quien por boca de Cubillas se interesó y comenzó su estudio. Hoy en día son numerosas las personas que pasan a diario por el museo de Altamira. Hace unos años viendo el deterioro que sufrían las mismas por la cantidad de visitantes, se decidió controlar la afluencia de personas al día. Meses de espera sufren muchos amantes de este tipo de legado artístico y aún así, las peticiones de todo el mundo no decrecen. El gobierno de Cantabria construyó una réplica muy cerca de ellas con las tecnologías más avanzadas que dan una información amplia y concisa de lo que allí se encontró.
Ana Valentín.
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