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miércoles, 4 de febrero de 2009

PEQUEÑAS COSAS COMUNES





De ciento que pueden soportar la adversidad, apenas hay uno que pueda sobrellevar la prosperidad.

Pasa con la felicidad lo mismo que con los relojes, los menos complicados son los que menos se estropean.

Nunca confundas movimiento con acción.

Nunca hay que lamentar el tiempo que se ha perdido para hacer el bien.

Las experiencias no se heredan, cada uno las debe hacer a solas.

La desnudez del mundo indigente podría ser vestida con los adornos sobrantes de los vanidosos.

La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz; la risa.

Donde hay dolor hay consuelo sagrado.

El más terrible de todos los sentimientos, es el sentimiento de tener la esperanza muerta.

La elegancia es al cuerpo lo que la agudeza es a la mente.

El aventajamiento de un grupo social sobre otro carece de fundamento moral.

No basta con saber donde está el tesoro, hace falta trabajar y sacarlo.

Para hacer oír lo que decimos es necesario ponerse en el lugar de los que escuchan.

Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.

Nadie puede hacer sentir a uno inferior sin su consentimiento.

Para llegar a la verdadera felicidad tenemos que viajar primero hacia una lejana tierra que queda en nuestro interior.

No puede aspirar a obrar grandes cosas sino aquel que tiene la capacidad de sufrir mucho.


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