Cada hoja seca que cae al suelo, nos descubre un poco más del cielo.
La vejez no es un declive es una ascensión.
Podemos elevarnos por encima de aquellos que nos ofenden, perdonándolos.
Nadie es más libre que el que se entrega por amor.
La tierra es insultada y nos ofrece sus flores a cambio.
El placer que acompaña el trabajo, pone en olvido la fatiga.
La autoestima es una experiencia íntima, reside en el centro de nuestro ser.
La esencia de la autoestima es confiar en la propia mente y en saber que somos merecedores de la felicidad.
La unión de dos abismos no crea una cima.
La generosidad hacia el logro de los demás es emblemática de la autoestima.
El concepto de uno mismo es el destino.
Procuremos ser mas padres de nuestro provenir, que no hijos de nuestro pasado.
Aprender a perdonar y a perdonarnos es abrir nuestro corazón a mejores sentimientos.
El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la pisó.
Se perdona en la medida en que se ama.
Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.
Perdona a quien de un paso en falso, piensa que tú también tienes un pie y puedes tropezar.
La vejez no es un declive es una ascensión.
Podemos elevarnos por encima de aquellos que nos ofenden, perdonándolos.
Nadie es más libre que el que se entrega por amor.
La tierra es insultada y nos ofrece sus flores a cambio.
El placer que acompaña el trabajo, pone en olvido la fatiga.
La autoestima es una experiencia íntima, reside en el centro de nuestro ser.
La esencia de la autoestima es confiar en la propia mente y en saber que somos merecedores de la felicidad.
La unión de dos abismos no crea una cima.
La generosidad hacia el logro de los demás es emblemática de la autoestima.
El concepto de uno mismo es el destino.
Procuremos ser mas padres de nuestro provenir, que no hijos de nuestro pasado.
Aprender a perdonar y a perdonarnos es abrir nuestro corazón a mejores sentimientos.
El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la pisó.
Se perdona en la medida en que se ama.
Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.
Perdona a quien de un paso en falso, piensa que tú también tienes un pie y puedes tropezar.
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