Hace un par de días nos sorprendíamos con la noticia del cierre del emblemático Cine Victor. ¿Qué será ahora de ese edificio tan santacrucero donde muchos de nosotros hemos despertado a la juventud, al primer amor? Dónde, desde muy pequeños y casi sin poder ver nada nos sentábamos en sus sillas y nos creíamos muy importantes de estar allí, compartiendo una hora y media con nuestros personajes favoritos. Todavia me parece estar oliendo a palomitas. En esas tardes de lluvia, donde nos refugiábamos, primero de la mano de nuestros padres y más tarde en compañía de nuestros mejores amigos, descubriéndo esas maravillas que sólo en el cine podíamos encontrar. Sabemos que las nuevas tecnologías han desplazado muchos monumentos de la cultura de ésta ciudad, Santa Cruz de Tenerife. Pero la esencia de un pasado no tan lejano seguirá entre nosotros, porque la historia se ha escrito ya.
El cine Victor se construyó según un proyecto de José Enrique Marrero Regalado entre los años 1.897-1.954. Se inaugura en abril de ese mismo año con la película británica "Los cuentos de Hoffman. Por su enclave es un punto de referencia para todos los ciudadanos de Santa Cruz de Tenerife y también para los que llegan de cualquier punto de las islas. El Cine Victor seguirá siendo un punto estratégico donde situarnos. Sus luces quedarán apagadas para siempre, sólo que, con la mágia del séptimo arte, seguirán brillando las candilejas que desde 1.954 siguen encendidas en la memoria de cuantos vivimos en sus salas horas imborrables.
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