Cae la tarde en Canarias y desde el mirador de Martiánez intentamos atrapas ese sol cansino pero potente. Tendía que haber sido un eclipse pero nos tuvimos que contentar con esta bonita puesta de sol del 8 de abril. La espuma blanca peinaba las arenas negras y la fresca brisa se percibía desde la altura. Siempre hay un motivo por el cual alegrarnos y disfrutar.
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