Morro de La Habana, Cuba, junto al Malecón. Hoy el mundo se miera en ella con la incertidumbre de si cambiará su política. Libertad o permanencia. La historia comienza a escribirse desde ahora y en sus renglones no hay nada escrito todavía. En mundo mira hacia Cuba con la sana intención de que sus puertas se abran a esa nueva vida que sus habitantes reclaman.
De las letras cubanas salta a mente el nombre de la escritor cubana Dulce María Loynaz. "Nadie escucha mi voz, se rezo o grito, soy isla asida al tallo de los vientos. Puedo volar o hundirme... Puedo a veces morder mi cola en un signo de infinito.
Visitó la isla de Tenerife en el año 1955 y escribió su interpretación lírica de las islas Canarias. "Hay palabras mágicas que no dicen sino cantan su sentido, lo pintan, de un solo trazo en el aire y allí lo dejan por unos segundos después de ya sondeada la última sílaba."
"Soy como el viajero
que llega a un puerto y no espera nadie;
soy el viajero tímido que pasa
entre abrazos ajenos y sonrisas
que no son para él...
como el viajero solo
que se alza el cuello del abrigo
en el gran muelle frío"
Dulce María Loynaz.
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