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miércoles, 13 de julio de 2016

A SOLAS CON SHOPENHAUER


Sobre la lectura, por eso es muy importante conocer el arte de no leer. Consiste en no leer lo que preocupa momentáneamente al gran público, como libelos políticos y eclesiástico, novelas, poesías etc. algunos de los cuales alcanzan varias ediciones.

Para leer lo bueno es necesario no leer lo malo, porque la vida es corta y el tiempo y las fuerzas limitadas.

Sentencias de la razón llaman todos a ciertas frases  que se creen verdad sin investigarlas, convencidos que, , aunque quisieran, no podrían comprobarlas seriamente, teniéndolas que poner en duda por lo pronto. Han obtenido este crédito desde que empezamos a hablar y a pensar, desde que han reflexionado, , no pudiendo ya separarlas de sí, porque se han unido a sus cerebros. Lo dicho es tan verdad que sería superfluo y hasta peligroso el demostrarlo con ejemplos.

Desde todos los tiempos existen dos literaturas paralelas; una es la escrita por los hombres que viven para la ciencia y la poesía. La otra está escrita por hombres que viven de la ciencia y de la poesía, llenando todos los años el mercado de miles de libros pero al cabo de algunos años ¿ dónde están las obras? ¿Dónde está la gloria tan rápida y ruidosa? Podríamos llamar a una literatura permanente y a la otra literatura pasajera. La lectura de un cásico durante media hora nos aporta la satisfacción de haber bebido en una fresca fuente que mana entre las rocas. Asimilar lo que leemos y no leer por leer.  

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