Las señas de identidad nos muestran tal y como somos. Aunque a veces intentemos disfrazarnos no llegamos a conseguirlo. La identidad de algo o de alguien es el pasaporte para su relación con el mundo, con los demás. ¿De qué sirve hacernos pasar por otra cosa si al final seguiremos siendo los mismos?. Solapando la verdad de lo que somos nos engañamos a nosotros mismos y eso conlleva la envidia y los celos.
Hay que saber crecer o de lo contrario siempre estaremos arrastrándonos por la tierra. La identidad de un pueblo es lo que hace que sea distinto a los demás. Cuidar ese valor es acercarnos más y más la consolidar nuestras raíces. Ana Valentín.
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