FANTASÍAS ENCARCELADAS

"Era la música callada pero no muda del silencio. En ese silencio, no el ruido de su pensar constante y donde surge la verdadera inteligencia creadora. Cuando la hermosa luna se desnivela de otra noche guardando los secretos desnudos de nuestra intimidad en el bosque de las ninfas del olvido.  El viento despliega todo un lienzo de color ante una mirada perdida que se decolora en nuestra imaginación. Ya duerme otra apacible tarde de otoño entre almohadas de recuerdos, con el sabor azul del todavia.En la distancia siento los labios fríos de otra mañana que besa mi frente húmeda. El sonido polvoriento de miles de tardes que hoy se deshacen bajo mis pies. El espiritu de mi mar que hoy se sienta en esa paz astral de otra noche. Las olas decrecen en su lamento verde cuando los recuerdos navegan en esa muda soledad de la distancia. Duermo y mi luna se mece entre las sombras. Al llegar a su zénit más preciso me deja observar a esa pequeña ramita solitaria e indefensa que está brotando de la mano de un sueño. En su despertar burlador e incierto trata de cobijarse bajo los brazos de un abeto que la observa como testigo de su propia evolución desde detrás de una verja.  La luz de la vidriera sigue reflejando  a los frondos árboles como si de una cárcel de cristal se tratase. Sigue soplando el viento entro los besos robados en la infancia y que aún hoy sueñan en deshacerse sobre una pálidas violetas del camino. La tarde comenzó a tener ojeras en su viaje sin fin hacia la nada. Por encima del débil contorno de una interrogación siento ese olor transparente del recuerdo  como el humo de la paja que se mete en mi corazón.  En ese dolor azul de unos labios que intentan besar el rostro de la luna de otoño y que se derrite hoy sobre una isla de sueños desgastados. Porque el libro de mi vida tiene todavia páginas en blanco. Igual que la flauta del viento inspira tristeza en sus acordes cuando los labios suplicantes de una rosa pronuncien mi nombre bajo el inmortal firmamento" Ana Valentín.