Este cuervo apareció un día por un restaurante del pueblo norteño de Masca y allí se ha quedado. Come cuando tiene hambre y pasea cual ejemplar único por las laderas de barranco de su mismo nombre. Se ha acostumbrado a convivir con los que hasta allí van para hacer un alto en el camino y contemplar la naturaleza que ese rincon de la isla nos muestra. Pero también he de decir que este cuervo doméstico tiene un nombre, Felipe. Ana Valentín.
Foto:Rafael B-A Barreto.
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