El volcán del la isla del Hierro duerme ya bajo sus aguas. El silencio acuna ahora su formación definitiva y los habitantes vuelven a sus hogares. Pero todavía quedan muchas horas de investigación, muchas curiosidades por saciar y muchos misterios que tal vez jamás lleguemos a descubrir. Lo que si que es cierto es que un pequeño volcán abrió su boca al mar de las calmas y los habitantes de la isla del meridiano se asustaron. La noticia cruzó los cuatro continentes y la efemérides está archivada en la memoria del tiempo. ¿Habrá otro momento como ese? No lo sabemos con certeza, pero quienes estuvieron allí volvieron con sus cámaras repletas de fotografías. Los que no tuvimos la suerte de ir conseguimos por algún amigo y pedacito del magma que flotando sobre el mar apareció en la orilla. Esa restingolita es un recuerdo de tal acontecimiento.
Ana Valentín.
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