El
valle de Katmandú, en Nepal, constituye
un cruce de caminos de las antiguas civilizaciones de Asia. La capital
donde existen 130 monumentos importantes , entre ellos varios lugares de
peregrinación. La herencia cultural y
artística del Nepal se resume en el valle de Katmandú. Situado en un verde
valle himalayo con su entramado de callejuelas bulliciosas y animadas. El Hanuman Dhoka, palacio real con su enorme escultura del dios Kal Bhairav.
El Kumari Bahal, casa de la diosa viviente con su pórtico fnaqueado por dos
leones. El Kasht Mandp templo dedicado al gran yogui Gratknak del siglo XVl y
constuído con la madera de un solo árbol. Templo de Ashok Binayak en honor al
hijo de Shiva, el dios de la cabeza de elefante. El tempo Krishna, de
construcción de forma octogonal. El Dashupatinath, área sagrada al lado del
sacrosanto río Bagmatidonde llevan a cabo las ceremonias de incineración. Junto
al tempo numeroso peregrinos, santones y vendedores. El Swayambunath, enorme stupa budista es sin duda uno de los más visitados por sus
proporciones colosales. Changas Narayan,
templo decorado con tallas de madera. El Durbar
Square o centro de la ciudad y confluencia de gente donde se encuentras magníficas
edificaciones. A pocos kilómetros de
allí Patan es la joya de las joyas conocida como la ciudad hermosa.
Llamada también" la ciudad de los mil tejados dorados". La
Plaza de Durbar con su pagoda Hiranya Varna. Mahavitar, el templo de Shiva y el
templo de Narayán. Asistimos a una fiesta Nepalí con cena típica.
Nos
despedimos de Katmandú a media tarde para regresar a Delhi nuevamente. Continúa
la niebla y el frío. Las calles están repletas de coches y hacemos una última
cena en la India. El avión en el que volamos a París nos aleja del continente.
La india queda tras de ese telón de la experiencia inolvidable vivida.
Instantes que recordamos en la soledad de la noche y bajo el inmenso cielo.
Recordamos a aquel vendedor, aquella mujer que trabajaba el campo, al niño que
salía de la escuela, a Papu con su rickshaw. Todo pasa como una película
sorprendente. En medio de ninguna parte, con el cielo sobre nuestras cabezas y
la tierra a miles de kilómetros me hago una promesa "volveré otra
vez".
ANA VALENTÍN.
FOTOS: ANA VALENTÍN
Todos los derechos reservados. 2012.
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