"La loca de Burundi", así la llamaban "Maggy La Foule". Esta burundiana, doctorada Honoris Causa por la Universidad de Lovaina es una de las tantas mujeres que hacen una labor en el mundo sin que nadie se entere. Una de esos personajes que representan tantos "milagros ocultos". Según dice la propia Margueritte Barankitse "Nunca el mal ha de tener la última palabra, el amor siempre ha de acabar ganando. La casa de Shalom como así la llamó fué una propiedad heredada de sus padres y tras numerosas visicitudes llegó a ser el hogar de muchos niños de Burundi sin techo y sin familia. "Me levanto cada mañana y canto porque pienso que estos pocos días que tengo que vivir los tengo que vivir en pie. Estar alegre es un regalo para los demás.Cuando una persona ama a la vida, la vida también la ama a ella". Ana Valentín.
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