Dos perros permanecen en el embarcadero esperando la llegada del barco de su amo. Nada les distrae porque saben que deben estar allí. Nada podrá ser mejor en esos instantes que el ver aparecer a quien tanto esperan. ¡Y nos sorprendemos de ello! Ojalá todos tuviésemos amigos tan fieles como éstos.
Ana Valentín.
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