Mayo, quinto mes del calendario. Donde la luz se escampa a través de los campos, avenidas y plazas. Donde el agua de las fuentes es más sonora y done los sueños se engarzan con esas nubes remolonas que se resisten a bandonar el cielo. Mayo, mes de brisa fresca, de ventanas abiertas y de sábanas tendidas que nos envuelven con el aroma del recuerdo. La gran puerta del verano se ve a lo lejos, pero todavía faltan algunos días para que podamos oír a las ranas de los estanques o a los grillos en las puertas de los jardínes. Ana Valentín.
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