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domingo, 22 de marzo de 2009

LO QUE VIÓ LA LUNA

OCTAVA NOCHE.- Había gruesas nubes en el cielo y la luna no apareció. Estaba yo solo en mi cuartito mirando al firmamento, donde debía haber estado la luna. Mis pensamientos volaban en busca de mi buena amiga que todas las noches me contaba historias y me enseñaba estampas ¿qué no había visto ella? Había navegado sobre las aguas del Diluvio y dado sobre el Arca como ahora ha dado sobre mí, trayendo su consuelo al nuevo mundo que iba a surgir. Cuando los hijos de Israel lloraban junto al río de Babilonia, mirando tristemente a través de los sauces en que habían colgado sus arpas. Cuando Romeo trepaba hasta el balcón de Julieta y el beso de amor volaba como el pensamiento de un querubín desde la tierra hasta el cielo. La redonda luna estaba escondida tras los oscuros cipreses en el aire transparente. Había visto al héroe en Santa Elena, según contemplaba desde aquella roca el ilimitado océano, trabajando el ánimo con graves pensamientos. Así ¿ qué no podría decirnos la luna? La vida del mundo es para ella es una historia. Luego apareció un rayo de luna, puesto tras unas nubes oculto. La luna mandábame en él las buenas noches. Hans C. Anderssen.

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