Es todo oficio del hombre que respira, encontrar esa tierra donde vivir. Las fronteras son como paredes de cristal frente frente a los ojos del "sin tierra", que busca con desespero un firme para sus pies.
Sin la libertad interna de la realidad, la existencia es dolor. Solo la realidad puede apagar la sed de la impermanencia. El mundo es lo que somos nosotros. El mañana siempre será demasiado tare para aquellos que vuelven la mirada atrás y se lanzan a través de los "tristes desiertos del mar, donde aún para ellos puede existir un mañana.
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