Pero sí trascendental. Nunca sabemos muy bien porqué algunas cosas nos deslumbran porque sí y otras en cambio nos confunden. La felicidad en realidad va surgiendo sorbo a sorbo. Como esa bebida que no queremos que termine mientras nos deleitamos con su sabor. Y también nos transporta a esos recuerdos dormidos que jamás se fueron de nuestra vida. No nos encerremos en el instante sin querer descubrir nada nuevo. Esa torpe idea de la nostalgia solamente nos hará daño. Solo cerrando las puertas detrás de uno se irán abriendo ventanas al porvenir.
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