Toda ciudad que se precie ha de tener un jardín. Pero también ha de cuidarlo y mimarlo para recibir de él todo el esplendor.
Con sus estanques, con sus patos. Sus flores y sus paseos son la seña de identidad del lugar. Un punto de encuentro para caminar, sentarse a leer un buen libro o degustar una merienda a la sombra de sus árboles. Y es que cualquier ciudad que se precie debe tener un parque. Imágenes: Parque García Sanabria en Tenerife y Parque de San Francisco en la ciudad de Oviedo.
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