Las nubes parecen bailar en las mañanas azules de diciembre. La luz tiene más brillo que nunca y parece que todo está reluciente. Mañanas soleadas entre flores de pascua y altas paleras que configuran la plaza de la Iglesia en el Puerto de la Cruz. Lugar de encuentros y de paseo, de encuentros y también de despedidas. Con el bullicio de los niños que juegan en el patio del colegio tomamos respiro saboreando un café en una de sus terraza. Muy cerca esta el mar, es eso que llamas la Punta del Viento, pero allí iremos otro día.
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