Cae la tarde en La Orotava. Ese municipio del norte de la isla de Tenerife que sabe acoger al visitante y dar luz a sus rincones. El sol cansino intenta no dejarse ni un recodo de esa plaza sin besar mientras la tranquilidad del agua de la fuente permanece en esa paz silenciosa. Una flor, un jardín y una fuente son los elementos básicos con los que ese sol de una tarde de verano juega con nuestras emociones.
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