Eres el séptimo mes del calendario y traes contigo toda la fuerza y la luz del verano. Las aguas de los parajes naturales tienen una candidez exquisita remoloneando bajo el sol que las abraza. Las aves buscan refugio en las horas más tórridas y salen en busca de alimento al rayar el nuevo día. Doñana se viste de clamorosa paz entre las marismas de sus playas y la luz se enamora de ella en cada fotograma de ese sin fin de experiencias, sensaciones y retratos que, como éste nos muestran la sabia bella de lo intransferible.
Julio también es tiempo para descubrir. Iniciar un paseo que no puede aportar momentos únicos en lugares perdidos de nuestro entorno o buscar ese destino que nos llegue a mostrar lo que jamás hubiéramos visto. Tal es este paraje natural de Tenerife, el Barranco de Masca nos sumerge en las raíces y formas de vida de un pueblo. Llegar por sus senderos en un viaje que no llegamos a concluir nunca porque en cada paso descubrimos nuevos e icónicos paisajes.
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