Rincones que alientan

Encontrarnos con una bella estampa como esta nos alimentan el alma. Cuando recorremos el mundo buscando ese cuadro que quede fijado en nuestra memoria por mucho tiempo es quizás el mejor nutriente para sacar partido de nuestra aventura. En las grandes ciudades pocas veces nos tropezamos con reductos de vida como éste. En la catedral de Barcelona encontramos su bello claustro al que todos quieren acceder. La respuesta es bien halagadora. En su estanque los bellos patos blancos nos reciben con alegría dejándose  inmortalizar por el objetivo de nuestra cámara. Esos rincones que alientan son como los condimentos de nuestra existencia. La vida es mucho más pequeña que los sueños pero ha de construirse con ellos para que podamos ser conscientes de cuando estemos despiertos.