Atrajo mi mirada. Estaba ahí en un rincón del patio sin apenas atención. Supiste encender mi curiosidad y abriste tus flores amarillas para que pudiera darme cuenta de que existías. Ya no paso de largo cuando riego mis macetas, siempre hay una porción para ti porque me gustas y sin embargo aún respeto esa distancia que nos separa. ¡Todo se andará!
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