Miradas antiguas que reflejan el paso de un tiempo perdido pero no desaprovechado. En el surco de los días se escriben los renglones de la vida. Quizás nunca lleguemos a entender ese misterioso lenguaje de las obsoletas miradas que aún hoy encontramos en el mundo. La faz de el hombre no desaparecerá jamás a pesar de los años, pero sí su resplandeciente luminosidad. Y por mucho que intentemos volver a esa textura de antaño la vida nos recuerda que ahora es el tiempo de esa mirada arcaica que todo lo vez, y que nos descubre los yacimientos de su sabiduría milenaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario