No te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy allí. No duermo ahí.
Soy como mil vientos soplando.
Soy como un diamante en la nieve brillando.
Soy la luz del sol sobre el grano dorado.
Soy la lluvia gentil del otoño esperado.
Cuando despiertas en la tranquila mañana,
soy la bandada de pájaros que trina.
Soy también las estrellas que titilan,
mientras cae la noche en tu ventana.
Por eso no te acerques a mi tumba sollozando.
No estoy aquí. Yo no morí.
(Plegaria indígena de los indios yanquis)
Un día en el recuerdo del 11 de marzo del 2004. A quienes se marcharon y por quienes quedamos.
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