Parque Nacional de Timanfaya, Lanzarote. Denominado la "Ruta de los Volcanes"
En el cielo hubo una lucha
y sus dioses pelearon
cuando llegaron a tierra
a una isla conquistaron.
Isla fértil, exuberante
sin huella humana aparente
se fue creando un imperio
sobre un fuego reluciente.
El valle de los mil rostros
volcanes abrieron al viento
y en el interior dejaron
su sentir y su lamento.
Sobre las tierras de lava
hicieron hueco a la vida
sembraron su simiente
y esperaron su venida.
Rodeado de islas mágicas
que celosamente guardan
y en sus aguas transparentes
ven renacer sus mañanas.
En su interior ruge el fuego
en sus campos la esperanza
y los dioses desde arriba
le dedican su alabanza.
Mares de lava y de tiempo
jameos de roca blanca
la ruta de sus volcanes
me despierta con el alba.
Nadie se atrevió a llegar
desde fuera, hasta su casa,
solo los dioses llegaron
a inundar aquella calma.
Vino y lava hay en tus senos
caracteres bien palpables
y en el cielo una luz roja
de otro volcán que se abre.
Su brillo frente a las nubes
va tiñendo todo el valle
y en tus sederos caminan
los camellos y sus pajes.
Naturaleza perdida
entre rocas y volcanes
naturaleza que un día
su lava quiso ocultar.
Un silencio de ruinas
hace temblar el paisaje
a los lejos se divisa
el valle de los volcanes.
Timanfaya le pusieron
por su corazón de atlante.
Timanfaya, símbolo de dioses.
Ana Valentín.
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