Abrió sus ojos un día
y el cielo vino a arroparla
el volcán con dulce manto
así la formó canaria.
Los pinos en las montañas
y la bruma en sus lugares
eran remansos de vida
y fue su cuna de encaje.
Como una blanca gaviota
tu cuerpo salió desde dentro
de linda mujer canaria
que esperaba con anhelo
Sus primeros balbuceos
se impregnaron con la brisa
y tus lágrimas cayeron
al son de una dulce isa.
La plataneras le dieron
sus frutos y sus hojas verdes
y las palmeras hicieron
el guarapo que ahora bebes.
Naciste en tierra canaria
y así fuiste en tu simiente
los timples y las bandurrias
sin ti no saben quererse.
En la isla, las montañas
son testigos de tu vida
y el Teide con sus retamas
te protege y te da vida.
Con su traje de colores
su pañuelo y su capita
cantando va en romerías
sonriente su carita.
Como una suave paloma
vuela alto y muy deprisa
en su corazón va grabado
una imagen de su isla.
La niña que ayer nacía
entre brumas y folías
es hoy mujer muy dichosa
que pronto vivirá otra vida.
En la cuna tiene puesta
su capa y una sonrisa
y en el alma lleva viva
la canaria que en su día
trajeron aquellos mares
cuando el Teide se dormía
que como blanca paloma
canaria siempre sería.
Ana Valentín.
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