Hogar, dulce hogar. Nada mejor que calentar la memoria fría del ordenador, después de una jornada atareada, llena de travesuras y trastadas. Ellos son los dueños de la casa y el hogar no se entiende ya sin su presencia todavía infantil, porque apenas han cumplido un año. Carmen, Fabián y Jonathan saben que están junto a los reyes de la casa. ¿Quiénes son los amos? Esa pregunta nos las hacemos cuando contemplamos a Dinita o la Bochática entre sus juegos y carantoñas, o cuando vemos desde el jardín como nos observa la Princesa Negra con sus ojos que parecen faros, o se hace notar en sus dominios, donde nada que se mueva, repte o vuele está seguro.
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