OTOÑO

Con esta rosa doy la bienvenida al otoño. Nada más natural y más fresco para anunciar la estación de la renovación y de la calma. El mar se envuelve en el tenue ir y venir de las olas y las gaviotas anuncian con sus sonidos el decrecer del día. El sol ya se perpetúa como esa figura andante por un cielo de oro y de brumas amanecidas. Todo es distinto en otoño. Su color, su olor su luz y esos matices de comienzo y de deshecho que la naturaleza dibuja entre viñas, hojas caídas y tardes pequeñas.  

                                                               BALADA DEL MAR
                                               (No basta con oír la música, hay que verla)

Fluye tu bravura nacarada,
recitando para mí bellos paisajes,
 en la sal de tu espuma duerme el viento
y tenores del mar son tus corales.
Vocalizas en tus algas sintonías
que de lejos arriban a mi playa,
la canción que ahora escucho en tu regazo
es sinónimo de cuna y de nostalgia.
Amarré mi velero a tu mensaje
y escribí en sus velas tu recuerdo,
con las manos dibujé tantos caminos
que de norte a sur susurran con el viento.
En la curva de una ola  te describo
entre azul y espuma verde y blanca,
los anillos de un gigante sucumbieron
ante música de furia y de distancia.
Cascabeles que en tus rocas ya refulgen
sobre musgos, bajo cuevas y entre algas,
pentagrama de un cristal  que se  desgrana
al  latir de tu concierto en notas blancas. (Ana Valentín)

Ocaso en las Canteras, Gran Canaria